domingo, 24 de mayo de 2009

Empresarios argentinos quieren que la Presidenta intervenga ante el gobierno venezolano

Presionan a Fernández para que medie ante nuevas estatizaciones de Chávez Tras la nacionalización de tres compañías del grupo argentino Techint, las cámaras privadas y la oposición reclamaron al Ejecutivo que defienda los "intereses del país".El gobierno de Cristina Fernández está siendo fuertemente presionado por las principales organizaciones empresariales, la oposición, e incluso la oficialista central obrera para que intervenga ante Venezuela a raíz del anuncio formulado por el Presidente Hugo Chávez de nacionalizaciones de tres firmas con participación del holding argentino Techint.Chávez anunció el jueves la nacionalización de varias empresas de producción de hierro y acero, entre ellas Tavsa y Matesi, con mayoría accionaria de Techint, y Comsigua, en la que el grupo argentino tiene participación minoritaria. En marzo de 2008, el gobierno venezolano ya había iniciado la nacionalización de otra firma de ese conglomerado, Ternium-Sidor.La decisión de Chávez sorprendió a Techint, según sus directivos, y mereció el repudio de cámaras empresariales en Argentina, como Unión Industrial (UIA), Asociación Empresaria Argentina (AEA), Cámara de Exportadores (CERA), Cámara de Comercio (CAC), y entidades que reúnen a bancos privados. La Cámara de la Construcción advirtió que "la decisión es un peligroso antecedente para el desarrollo de las actividades de las empresas argentinas en Venezuela".Rechazo sindicalHasta la Confederación General del Trabajo (CGT), el mayor sindicato del país, rechazó las nuevas nacionalizaciones. "Así como siempre estuve en contra de la privatización de las empresas del Estado, como se hizo en la década del 90, ahora tampoco estoy de acuerdo con la estatización de las empresas privadas", aseguró ayer Hugo Moyano, líder de la CGT, cuya dirección responde al peronismo de Fernández.Según Clarín, lo que creó el efecto dominó en el mundo empresarial argentino fue el silencio inicial de la Casa Rosada sobre la medida de Chávez, ante lo cual expresaron su "enérgico rechazo", y exigieron la "defensa legítima de los intereses del país en el exterior".Frente a este vendaval de críticas, el gobierno de Fernández reaccionó ayer a través del ministro de Planificación Julio de Vido, quien aseguró que el gobierno va a realizar gestiones ante Venezuela, pero que van a respetar las "decisiones soberanas de otros Estados". De Vido recordó que la Presidenta se involucró personalmente en las negociaciones durante el proceso de estatización de Ternium-Sidor, que terminó con la transferencia de las acciones a cambio de US$ 1.970 millones.La oposición se sumó a las críticas, denunciando un "acuerdo" entre Fernández y Chávez, quienes se reunieron la semana pasada en Buenos Aires.El jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, deslizó que Fernández sabía de antemano la decisión de Chávez de estatizar empresas argentinas, y se preguntó "de qué sirve la amistad" con el Mandatario venezolano. En la misma dirección apuntó Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, quien denunció que esto "fue acordado con Néstor Kirchner en El Calafate".¿Un "espejo" del futuro estatismo argentino?Para el columnista de La Nación de Argentina Carlos Pagni, el "repudio, por unanimidad" del empresariado argentino a la medida de Hugo Chávez trasluce otro fenómeno más doméstico: "La socialización de la economía venezolana se ha convertido en un contenido de la política local, no sólo porque los Kirchner se niegan a desmentir su complicidad con la embestida de su principal socio internacional contra la mayor empresa argentina. También porque el soliloquio oficialista sobre 'el modelo' se transformó ayer en una discusión instalada en la campaña electoral", asegura.Según Pagni, el "avance oficial sobre la esfera privada ha sido en los últimos meses tan sistemático", que los principales empresarios argentinos "miran hoy a la expropiación chavista como el espejo que podría adelantar la radicalizacón del estatismo local" para después de las elecciones del 28 de junio."Es difícil de comprender cómo el gobierno de un país que manifiesta públicamente el carácter estratégico de la vinculación con Argentina (...) lleva adelante acciones que claramente ponen en riesgo las actividades de una empresa argentina".COMUNICADO DE LA CÁMARA DE COMERCIO"¿De qué sirve la amistad de nuestra Presidenta con Hugo Chávez si eso va a perjudicar aún más a nuestras empresas?

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